tag:blogger.com,1999:blog-24989573957529334672024-02-18T19:17:19.409-08:00Carne con maderaPublico todos los fines de semana. Me reservo el derecho de ficción con fines estéticos y creativos. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.comBlogger9125tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-45818735852874005272011-08-27T21:54:00.000-07:002011-08-29T13:13:41.326-07:00Mirarte<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" closure_uid_112szs="102" closure_uid_ai13ap="125" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><div closure_uid_rfhxdr="110"><div closure_uid_ai13ap="116"><span closure_uid_112szs="120" style="background-color: #ea9999; color: yellow; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; line-height: 115%;"><em>A la musa que inspiró esto.</em></span></div></div></div><div class="MsoNormal" closure_uid_112szs="119" closure_uid_ai13ap="126" closure_uid_rfhxdr="116" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/GqKgeF6fUOM?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div><br />
</div><div class="MsoNormal" closure_uid_112szs="119" closure_uid_ai13ap="139" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" closure_uid_112szs="100" closure_uid_ai13ap="125" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span closure_uid_112szs="121" closure_uid_ai13ap="121" closure_uid_rfhxdr="99" style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Me gusta cómo mira, en especial cuando me mira.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span closure_uid_112szs="136" closure_uid_rfhxdr="111" style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Sus ojos le brillan y acabo de descubrir que no es por la luz, sino por el misterio que esconden. Me gustan los misterios, pero solo los complejos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span closure_uid_112szs="161" closure_uid_ai13ap="147" style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Su voz es compleja, es la voz que busco en mis pocos escritos de amor, me gusta, y sé que a ella también. Sospecho que es consciente de lo que provoca su voz, pero sospecho también que ignora lo que provoca su voz en mí. Ella me provoca al hablar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cuando habla lo hace con calma, despacito, trotando, jugando con los silencios, jugando con mis silencios inciertos, temblorosos. Es cierto, me quedo en silencio porque a veces no sé qué decirle. Es tan difícil, es tan simple a la vez.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Simple como es, le gusta cuidar los detalles, camina erguida, segura, trasladando la brillantez de su cuerpo como si supiera que todos se quedan bobos al mirarla, lo sabe, lo sé. Dice que estuvo gorda, que comía puras papas fritas para aumentar un rollito más al día, dice que le gustaba tener rollitos. No le creo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">No le creo tampoco todo lo que dice, me dijo que no le creyera todo y le haré caso. Me dijo que no volvería a enamorarse. Todas las mujeres lindas y despechadas dicen lo mismo. No les creo a ninguna. El amor es inherente a todo ser humano. Y no hay duda que ella es un ser humano, aunque no parezca de este mundo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Me dijo que no le gusta nada en especial del mundo, ninguna música, ninguna comida, ningún lugar, ninguna película, nada, nada, nada. Eso significa que le avergüenza lo que le gusta. Espero que no le guste ser normal, eso me dolería mucho.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Se sienta lejos de todos—dolida aún por su pasado—, lo hace simulando a un premio imposible, temo que lo es. Casi nadie se atreve a sentarse con ella, a penas unos cuantos gatos. Los hombres somos cobardes, y ella intimida. Intimada porque es extremadamente hermosa, es una criatura de la que se sabe muy poco, de la que se sabe que se han ido extinguiendo. Entonces los hombres preferimos mejor contemplarla de lejitos, como un niño que mira un helado mientras se le hace agua la boca. Me gustan los helados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">A ella también, pero nunca se le ha hecho agua la boca por nada ni por nadie. Ella es fría como un «chup», por eso me gusta jugar con sus manos, jugar con sus dedos mientras se hace la distraída. Calentar sus manos es mi nuevo reto mañanero, me levanto y le rezo a sus manos. Creo que le incomoda, ella dice que no, me incomoda que le incomode, pero qué puedo hacer, es un vicio exquisito.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">La tristeza se hace un estado exquisito en ella. La tristeza se asemeja mucho al amor, el amor no es su estado permanente, a ella hay que enamorarla sin estar enamorado. Es mejor así. Un «no» como respuesta–expectorado de sus labios hechos de rosa virgen—sería el fin del mundo de cualquier varón, sus "noes" matan, yo mismo he visto los cadáveres. Necesito un médico. Seguro me dirá no cuando le pida un sí, seguro estaré de rodillas esperando su piedad para con mi alma. Ella es piadosa.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Pero jamás tiene piedad al caminar. Si le dices para andar sin rumbo, antes que vuelvas a respirar la verás muy lejos de ti, es incansable, es inalcanzable, es fuerte, es arriesgada, es libre. Envidio su libertad, envidio que no me deje libre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Soy su pájaro enjaulado, no sé si se habrá dado cuenta de esto. Su inteligencia me deja entre cuatro paredes, delante de ella siempre pierdo, ya iré acostumbrándome. Delante de ella soy débil, por lo menos yo me siento como si me hubieran apaleado diez negros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><div closure_uid_112szs="123"><div closure_uid_ai13ap="107"><span closure_uid_112szs="138" closure_uid_rfhxdr="115" style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Sus ojos pueden ser negros y de otros colores, depende de ella, sus ojos pueden odiarme cuando quieran, como en algún tiempo odió a toda la humanidad, odio sus ojos, me hacen sentir como en Piedras Gordas. Siempre vuelvo al mismo punto: sus ojos. Dice que le encantaría donar sus órganos, yo quiero donarle el mío.</span></div></div></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><div closure_uid_112szs="163"><span closure_uid_112szs="162" closure_uid_gmtn1u="91" closure_uid_rfhxdr="109" style="color: #f1c232; font-family: "Palatino Linotype", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Donar es típico de ella. Dona una sonrisa por cada estupidez melancólica que le digo. Dona al ambiente un aroma angelical, angelical es su sonrisa, eso es lo único que merece ser angelical. Me ha donado un nuevo sentimiento, hace muchos años que no sentía algo igual. Me horroriza que su donación se complete, me horroriza que no me perdone esta travesura. Me horroriza volver a soñar con ella. </span></div></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-20207293575028327992011-07-24T23:49:00.000-07:002011-07-25T00:17:17.671-07:00La chica de la voz susurrante 3. El final.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div align="center" closure_uid_1msouk="174" style="text-align: center;"><span closure_uid_1msouk="99" style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 22pt;"><span style="color: #999999;">África, después del amor y la muerte</span></span></div><div align="center" closure_uid_1msouk="174" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" closure_uid_1msouk="174" style="text-align: center;"><br />
</div><div closure_uid_1msouk="174" style="text-align: left;"><span closure_uid_1msouk="99" style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 22pt;"><span style="color: #999999;"><span style="font-family: "Aparajita", "sans-serif"; font-size: 16pt;"><span style="color: #eeeeee;"><span style="background-color: #444444;">A Rosa Calderón, por Savater</span></span></span></span></span><br />
<div align="center" closure_uid_1msouk="174" style="text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" closure_uid_o124r0="90" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/2tjNEK31O8E?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" closure_uid_o124r0="90" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" closure_uid_1msouk="174" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 22pt;"></span><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 22pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span closure_uid_1msouk="197" style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> <span closure_uid_o124r0="92" style="color: #bf9000;"> Ese fue el último sábado que estuvo en Lima. Me invitó a su casa a pasar el fin de semana. «De paso—me dijo con un tono algo melancólico—podemos ir al río a recitar algunas poesías. Hay tanto que contarte». Ella recita muy bien, le gustan las poesías eróticas, de esas explícitas con un toque de morbo, de «cochinadita», como dice susurrando, como dice sus secretos. Cuando llegué sus lágrimas delataron la razón de aquella melancolía mal disfrazada. Había terminado con Fabián. La situación le cayó como patada al hígado.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—No puedo creerlo. En verdad no sé qué decirte. Hasta me siento un poco avergonzado, es mi familia—le dije a penas la abracé para saludarla.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Tú no tienes que sentir nada. La culpa de todo esto es suya, por cobarde. Desde hace ya varias semanas empezó actuando muy extraño.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Pero, pero, si ustedes…</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Sí, ya nos íbamos a casar, lo sé. Acordarme de eso me da arcadas. Fíjate que tuvo la valentía de pedirme la mano, con todo y anillo, delante de mi promoción de colegio y de mis padres. Luego se fue a vivir conmigo, al departamento que compré para que nadie nos jodiera, para tener a nuestros hijos o, por lo menos, practicar cómo tenerlos.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—¿Por qué terminaron?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Primero, no iba a dormir a la casa, a veces ni avisaba nada y desaparecía días tras días. Yo me preocupaba muchísimo y llamaba a todo el mundo averiguando por él, hasta me mandaron al diablo de tanto escucharme llorar en el teléfono. Segundo, cuando aparecía, era como si nada extraordinario hubiera ocurrido, venía con otra ropa, campante y bonachón, no quiero imaginar en dónde se habría cambiado, me saludaba con un cariño fingido y se volvía a ir a trabajar. A pesar de que le pedía explicaciones él nunca quiso decirme la verdad, esperó que la descubriera forzosamente, esperó que lo nuestro se rompa de a pocos. Tercero, le llamaban a su celular insistentemente, ni lo dejaban cagar, eso me pareció muy extraño, en especial cuando le llamaba un número en particular, que a escondidas revisé.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Una amante—sugerí, era lo más lógico. Por lo menos lo más lógico en las telelloronas del canal cuatro.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Sí, eso. —Se hizo un silencio incómodo, de improviso me miró directamente y dijo con ira. —Pero lo que más me dolió fue descubrir que era su amigo del ejército.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—¡Dios mío!—No sé por qué en ese momento quise reírme.— ¿Estás segura?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Segurísima. Lo vi, nadie me lo contó. Es ese amigo que lo venía a buscar, Fabián jamás se negaba a salir con él, dizque a brindar en un bar donde siempre se encuentran los del ejército; esa noche su amigo no se aguantó y le dio un beso, la camioneta no había partido aún. Con eso explico sus tantas negativas a tener sexo conmigo. ¡Teníamos momentos íntimos cada dos meses!, ¡frustrante!, y cuando se lo sugería me decía: «¡Qué asquerosa, no hables de esas cosas así no más, impúdica! Pareces una chola aguantada» Ya estaba harta de ese hijo de puta.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Dudo que te quedaste con los brazos cruzados haciéndote la ciega. Tú no eres así.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—No me quedé con los brazos cruzados. Cuando vino tuvimos una fuerte discusión. Fabián me dijo que podía pegarle si eso quería, que no iba a hacer nada porque tenía la culpa de cualquier problema entre los dos, y puso las manos atrás a esperar que lo golpeara, repitiendo que se sentía confundido, arrepentido, murmurando que la culpa era de su pasado militar.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—¿Su pasado militar?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Ajá, ese cabrón se excusó diciendo que lo habían violado en el cuartel, que por eso le gustaban los hombres, que necesitaba un tratamiento para ahuyentar tantos miedos que todavía lo perturbaban. Cojudeces… Se puso a llorar esperando alguna reacción mía. Le tiré una patada en los huevos, le escupí y me fui del departamento. De mi departamento. Vine aquí y mis padres se enfurecieron cuando les conté todo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—No era para menos. Sin embargo, me cuesta digerir tanta humillación.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—A todos—se puso de pié y cerró la puerta de la habitación en donde estábamos. —Mi papito está despierto en su cama, sigue malito, no quiero que escuche lo que voy a decirte ahora.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Adelante, si puedo ayudarte, por lo menos escuchándote, aquí estoy.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Fabián me mandó una carta en la que decía que lo nuestro había sido lindo pero que ya no daba para más. ¡Já, gran noticia! Aunque eso no es lo más importante de esta carta, sino la parte en la que escribe diciendo que se va a matar.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">Cuando cayó la noche todos entraron a sus habitaciones, apagaron las luces y se esforzaron en dormir. Yo descansaba en la habitación de huéspedes, al lado de la habitación de La Chica de la Voz Susurrante. Tal vez fue a las tres de la mañana que escuché medio somnoliento que alguien abría la puerta de la casa. Me asusté, me levanté y cerré la puerta de mi habitación con cerrojo, pero el sueño pudo más y volví a la cama, dispuesto a regresar a los brazos de Lariza Riquelme.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">Al día siguiente, luego de asearme, me acerqué a la alcoba de La Chica de la Voz Susurrante. Tenía que decirle lo que había escuchado en la madrugada. Iba a tocar, pero antes la puerta se abrió sola. Entré sigiloso, saludé, no había nadie. Me percaté en la cama, yacía ahí un vestido ensangrentado y un revólver. De repente, sentí que alguien me miraba por la espalda. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—¿Qué es esto?—Le dije atónito a la Chica de la Voz Susurrante, señalándole la cama. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="color: #bf9000;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;">—En la madrugada fui a la casa de Fabián a ayudarle con lo que me pidió. Nadie puede enterarse, por favor. Se lo merece, tómalo como si fuera un contrato. Es lo que le toca por su traición. Ha sido un caballero al permitir que sea yo la que cumpliera su deseo.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—No lo entiendo. ¿Qué te pidió?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">—Que lo mate.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">La carta que Fabián escribió estalló en mi mente. </span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #bf9000;">***</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #bf9000;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE; mso-hansi-theme-font: major-latin;">La Chica de la Voz Susurrante regresó a Nueva Zelanda para tomar algunos ahorros y después partir inmediatamente a África. Se convirtió en prófuga de la justicia, sospecho que esa nueva aventura le agradaba en algo. Trabajó en Libia un año como periodista radial, luego en Costa de Marfil como vendedora de carne de perro. Desde un principio admitió para sí que su crimen la obligaría a vivir bajo la sombra del pavor y del fracaso. La policía no tardó mucho en descubrir al asesino de Fabián, pero sí demoraron en descubrirme. Después de tantos años de silencio delaté a la Chica de la Voz Susurrante, con la seguridad que así le daba a ella su parte del contrato que jamás quiso reclamar: la cárcel. Por esa fecha la enfermedad de su padre se agravó y murió súbitamente. Ella se enteró un día después. Le dolió en el alma que no llegara a despedirse de él antes de huir, aún sabiendo que no lo vería otra vez respirando en este mundo. Tanto le aterrorizó faltar al velorio de su padre, que decidió regresar, en barco porque los aviones le producían nervios, sin importar que en el puerto la policía estuviese esperándola. Tenía que regresar a cerrar su pasado, a cerrar una historia de amor y a darme el permiso para contarla.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" closure_uid_1msouk="174" style="text-align: center;"></div><div class="MsoNormal" closure_uid_1msouk="122" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span closure_uid_1msouk="116" style="font-family: "Cambria", "serif"; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span closure_uid_1msouk="173" style="color: #e06666; font-size: x-large;">Por Fin</span></span></div><div class="MsoNormal" closure_uid_1msouk="122" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-83733881055982935032011-07-16T18:46:00.000-07:002011-07-16T20:17:08.504-07:00La chica de la voz susurrante 2<span style="font-size: 12.5pt;"></span><span style="font-size: 12.5pt;"></span><br />
<div align="center" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 20pt;"></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://1.gvt0.com/vi/WgqI_tGw7HU/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/WgqI_tGw7HU&fs=1&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/WgqI_tGw7HU&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 26pt;"><span style="color: #e06666;"></span></span> <span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 26pt;"><span style="color: #e06666;">Ilusiones</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 26pt;"></span><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-PE; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><span style="background-color: #f9cb9c; color: red;">A la ficción inspirada en la realidad</span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif";"><span style="font-size: x-large;"><span style="color: #6aa84f;"></span></span></span><span style="font-size: 12.5pt;"><span style="color: #e06666;"><span style="color: black;"><span style="font-size: small;"></span></span></span></span><br />
<div align="center" style="text-align: center;"><br />
</div><br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.5pt;"><span style="color: #f6b26b;">La conocí en una reunión familiar. Para ese entonces ya llevaba tres meses con Fabián, y, al parecer, eran la pareja ideal, la misma que se necesita para una boda de telenovela. Ella: linda, refinada, culta, mujer de mundo; él: buen mozo, buen conversador, enorme sonrisa, enorme billetera. Es más, cuando la conocí creí que ya se habían casado, porque la familia no paraba de felicitarles y desearles buena dicha para el resto de sus vidas. Fue así que la ilusión creció entre los dos, hasta que los miedos y las mentiras transformaron la fantasía en realidad; era de esperarse, Fabián no había durado con una sola chica más de cinco meses.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">Todos los invitados estábamos sentados alrededor de una mesa, cada uno con su copa de whisky; excepto yo, no me gusta meterme etanol como sin nada, así que a mí me dejaron tranquilo con mi Inka Kola. Ella se sentó al lado de Fabián, lo tomó de la mano e inició la conversación con una soltura increíble. Era el primer día que la familia la conocía pero la atmósfera que se respiraba contagiaba confianza y amistad, suficiente para que La Chica de la Voz Susurrante se atreviera a comentar de sus tantos viajes por el mundo. De pronto, sé que después de mucho observarme, me dijo: <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Y tú, ¿sigues en el colegio?</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Sí, estoy en cuarto de media.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Mira que no parece—créanme que he escuchado eso cientos de veces—, eres muy maduro, ¿ya tienes alguna idea de lo que quieres seguir al terminar el cole?</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">Antes de que respondiera, mi madre dijo entusiasmada su frase favorita en las reuniones:</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Te cuento que es escritor—cosa que yo desmiento—, ha escrito un libro—todos los invitados abrieron sus ojos como dos huevos fritos—. Creo que se trata de la vida de un loco, ¿no hijito?, cuéntales a ver— ¡Aj!, madre linda, tenías que decirlo.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—¿Cierto?—dijo con una sonrisa auténtica La Chica de la Voz Susurrante.—Entonces quieres ser escritor.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Tal vez, pero te iba a responder que quería ser periodista.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—El periodismo no se estudia, es una forma de vida. Te lo digo porque soy periodista, trabajo en la Unicef—eso fue un golpe bajo, no lo esperaba.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Pero… la universidad debe aportar bastante a...</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Depende, he viajado por varios países y las experiencias me enseñaron que el periodismo se lleva en la sangre, justo en los momentos de vida o muerte es cuando uno se entera de esto. También ayuda mucho vivir en el extranjero, por qué no les dices a tus papis que te manden de viaje, tienes que conocer otras realidades, el mundo no es solamente tu salón de clases.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">Esto no se podía quedar así, La Chica de la Voz Susurrante me extraía violentamente de las mentiras en las que había estado reposando durante años; recién ahora lo sé. Luego de un rato cambié de tema, entré en mi campo fuerte, toqué mi especialidad, aquí sí no podía perder. Había encontrado el punto débil de aquella mujerota de un metro noventa.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—¿Cuánto tiempo ya vas con Fabián?—tenía la sensación que cada vez que hablábamos los demás invitados tomaban el papel de espectadores.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Tres meses. Nos conocimos en un bar de Ayacucho—juraría que en ese momento escuché a alguien, seguro uno de los primos, mascullar «típico». Fabián se sonrojó, la tomó fuertemente de las manos, y me dijo:</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Sobrinito, no seas tan preguntón…</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">El público estalló en risa. Yo hice caso omiso a todos y seguí descargando el arsenal.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Pero si tú vives en el extranjero, ¿vendrás a vivir a Perú? ¿Trabajarás acá?—Más risas acompañadas de «¡uyuyuis!».</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—No lo sé, eso no lo sabemos ninguno de los dos—La Chica de la Voz Susurrante se sonrojó también, sonrió resignada. —Le he dicho a Fabián que tiene que aprender inglés para llevarlo a Nueva Zelanda.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—¿Se casarán en Lima?—Más «uyuyuis», alguien dijo «¡responde oye!». Esta vez Fabián habló.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Primero queremos darnos más tiempo, aunque puedes tener la seguridad que mi madre y su madre ya están buscando la iglesia.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><br />
</div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">Una hora después me senté en la sala de estar a observar unos adornos preciosos que había en la casa, cuzqueños por cierto, cuando La Chica de la Voz Susurrante se acercó.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—No nos dejaron que sigamos conversando, creo que Fabián se incomodó con tus preguntas—me dijo con tono cómplice.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Lo siento, pero era simple curiosidad. ¿Tú también te incomodaste?</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—¡No, para nada!, yo soy total <i style="mso-bidi-font-style: normal;">open mind</i>, es que tu tío es muy conservador y tiene eso de…</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Guardar las apariencias—completé su frase, al parecer había atinado.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Se podría decir que sí… Déjame confesarte algo, eso de guardar las apariencias me llega al carajo. Detesto eso de ese huevón.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">¡Dios!, La Chica de la Voz Susurrante tenía una boquita de caramelo. Sus palabras favoritas eran: carajo, puto, pendejo, huevón, imbécil, en fin… Quizá con esto debería ser La Chica de la Boca Cochina.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—¿Estás muy enamorada de él, cierto?—le pregunté con inocencia.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—¿Por qué lo dices?... Es verdad, me ha capturado, es un buen tipo. Solo que a veces es cuadriculado y piensa que la plata es significado de grandeza. Seguro estará pensando que estoy con él por su plata.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Lo dudo.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Desde luego, ¡dúdalo!, ¡gano más que él!—no reímos estrepitosamente.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">El tiempo se agotaba y lo único que nos quedaba era intercambiar celulares y correos. Al final ella se despidió tristemente, Fabián le llamó por el móvil: tenían que irse.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">—Me gustaría ayudarte con tu novela. Tengo un profesor que es corrector literario, es muy conocido. Escríbeme a penas puedas, podemos encontrarnos un día, puedes venir a mi casa, tengo libros que sería bueno que hojearas, y de paso hablamos más de lo que quieres estudiar. Suerte y jamás dejes de vivir nuevas experiencias. Jamás dejes de escribir.</span></span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">***</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">De repente veo que, ya en la camioneta de Fabián, La Chica de la Voz Susurrante se puso a llorar. Él la miró despiadadamente, con odio, como si estuviera increpándole un pecado mortal. Ella no quiso levantar la mirada, ni siquiera quiso secarse las lágrimas. Fabián puso el auto en marcha, displicente de cualquier sufrimiento de su amada de turno. Esa escena, sin saberlo yo, iba a ser el prólogo de una sucesión de hechos nefastos a lo largo de cuatro meses. Quizá nunca debí enterarme de nada, pero el ser confidente de La Chica de la Voz Susurrante, y en varias ocasiones su hombro de llanto, me hizo el observador oculto que, seguro, muchas parejas tienen.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><br />
</div><div style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #f6b26b;">Y así fue como la conocí. Esa tarde llevaba una larga falda floreada y unas botas marrones de taco seis. No podría olvidar aquellas prendas porque fueron las mismas que encontré en su habitación semanas después, manchadas de sangre y con una pistola al lado. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Cambria", "serif"; font-size: 12.5pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: #cc0000;">Continuará…</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-33838725490191904392011-06-12T21:18:00.000-07:002011-06-30T17:35:49.574-07:00La chica de la voz susurrante<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="background-color: #ea9999; color: #cc0000;">A ese barco que demora en llegar</span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/eEw1QqxNWAU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #3d85c6;"><span style="font-size: x-large;"></span></span></span><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; line-height: 115%;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Vijaya", "sans-serif"; font-size: 36pt; line-height: 115%;"><span style="color: #a2c4c9;">Antes de África</span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"></div><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Sabía que con la neblina iba a llegar también la chica de la voz susurrante. El ocaso se había ocultado tras las nubes tristes de Barranco y lo único que quedaba de las últimas horas del sol era el sentimiento de que la noche aplastaba paulatinamente mi paciencia. Ella tal vez demoraría en arribar, pero su padre no la esperaría más. ¿Cuándo la muerte ha esperado?, no había razón para que esta vez tenga deferencia con una mortal tan simple, pero a la vez exquisitamente mística, como ella. Sospecho que pocos hombres le conocieron esa parte, sé que siempre se empecinó en ocultar sus locuras románticas para más tarde, cuando notaba que la relación iba a buen paso. Paradójicamente pienso ahora que fue una relación, supuestamente bien encaminada, la que la llevó al puerto a tomar el primer barco de vuelta a casa, huyendo de los recuerdos y, tan solo quizá, de ese padre que se le iba muriendo sin que ella, tan cándida, pudiera hacer algo. Ahora las olas me traen uno de sus tantos relatos, de esos que me contaba en medio del río. </span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">***</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Ellos se conocieron en una fiesta ayacuchana, de esas pomposas que siempre atraen al licor, a los excesos y al sexo: Semana Santa. Ella recién había ganado el tercer lugar de miss Perú en aquel año sin importancia y él recién salía del ejército, aún no dejaba esas típicas costumbres caballerescas de rectitud y galantería varonil, aunque su corte militar ya desertaba a su cabeza para dar paso a una cabellera revoltosa. Los dos estaban de vacaciones por unas semanas, antes de iniciar sus nuevos proyectos. La mujer esbelta se sentó en la barra del bar, pidió un brandy, se lo sirvieron, y lo tomó con honorable delicadeza mientras observaba al barman. Fue ahí cuando el más ávido de los caza calzones posó la mirada en lo que sería su amor de turno, en esa noche ayacuchana.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Discúlpeme, señorita, pero la vi sola y pensé que tal vez podría invitarle otra copa de brandy.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Es usted muy amable, ciertamente estoy sola, pero temo decirle que no acepto invitaciones de cachacos extraños como usted. Discúlpeme la franqueza.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Es muy observadora, sí, fui soldado por unos años, pero no se ha dado cuenta que mi intención está llevada únicamente por la gentileza de un buen caballero. Permítame demostrarlo… Barman, por favor, sírvale otra copa de brandy a la dama.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Su insistencia debe ser por la preparación militar que reciben. En esta oportunidad ha dado frutos, claro que también le ayudó la música aburrida que están tocando. Le aceptaré el brandy con una condición. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Dígame cuál.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Que me cuente de usted mientras nos bebemos unas copas. Tendrá que pedirse otra.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Su nombre era Fabián. Dentro de unos días se matricularía en una universidad a estudiar Administración de Empresas, eso había elegido ser después de colgar los uniformes verdes: administrador de empresas. Si le iba bien convenciendo en sus concurridas empresas de tacones y faldas por encima de los muslos, ¿cómo no le iba a funcionar los otros negocios con hombres de corbatas y ternos caros? Tenía que intentar dejar su pasado militar, ese que con tan terribles recuerdos le habían marcado la dignidad de hombre, de "macho alpha". Con el tiempo la mujer de la voz susurrante se enteraría que no todo fue como pintaba, que aquellas saliditas nocturnas que daba cuando le llamaba su amigo del ejército tenían otras connotaciones peligrosas, que sus negativas por tener sexo con ella hallarían una razón en miedos infundados en su pasado cachaco, como ella decía para molestarlo cuando dormían con las piernas entrelazadas.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Tu historia es muy graciosa—decía la mujer de la voz susurrante entre risas—, ¿por qué no te había conocido antes? Yo soy de Ayacucho pero vivo en Nueva Zelanda, siempre vengo para estas fechas, me encanta reencontrarme con mis padres, ellos me extrañan tanto... </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Es la primera vez que vengo a la celebración de Semana Santa, las salidas que nos daban solo me alcanzaban para ir a mi casa en Lima, vivo con mis padres, pero yo tengo un departamento en el segundo piso.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—A pesar del concepto que tengo de los soldados tú eres diferente, me haces sentir bien... si tan solo podríamos… Discúlpame, ¡qué atrevida soy!, debe ser el alcohol. Tengo que irme...</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—No se sienta mal, por favor. No se vaya tan pronto.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Deja de tutearme y..., está bien, sólo iré al tocador a ver si el rímel no se me ha corrido.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Esa era una de sus tantas estrategias que tenía ella para poner a prueba a los muchachos avalentonados que se le acercaban probando suerte con tremenda mujer de un metro noventa. Mientras se ponía un poco de polvo en las mejillas revisaba mentalmente su cartera, se acordó que había comprado hace unas horas un par de condones, era una buena costumbre, al fin de cuentas jamás sabía lo que iba a pasar en el resto de la semana. Una chica preparada valía por dos. Cuando salió del baño se detuvo en seco unos metros antes de llegar a la barra. Por un momento supo que ya sospechaba desde el inicio lo que estaba viendo, pero luego cayó en una leve decepción. “Qué pena, el chico era guapo, pero no es más que otro pendejo hijo de puta”.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Fabián se besaba con una mujercita escuálida en una de las mesas del bar. Él, cansado de esperar, desvió la mirada a su alrededor y se fijó que de la otra esquina una atractiva señorita le hacía señas para que se acercara. Fue a su encuentro y al verla mejor reconoció a una de sus tantas enamoradas de la adolescencia. Solo bastó un pequeño cruce de palabras para que en pocos minutos los dos ya se entretuvieran cruzando fluidos salivales con acalorada impaciencia.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—¡Imbécil!, cómo puede cambiarme por… esa cosa. Otro estúpido más con cara de hombre. No importa, por lo menos me invitó un brandy.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">La chica de la voz susurrante salió a paso rápido del bar. Caminó hasta la calle central intentando no hacer sonar sus botas de taco aguja. Estaba a punto de parar un taxi que la llevara a su hotel cuando sintió que alguien la tomó de la cintura y luego, bruscamente, la abrazó por detrás. Ella dio un respingo del susto, volteó inmediatamente y su mirada se estrelló contra unos ojos brillantes, marrones claros, profundos, que le invitaban a no hablar, a relajarse y a aceptar inocentemente que esos brazos la rodearan sin impedimento alguno, sin resentimiento. Sintió una fragancia excitante, se le estremeció la piel. Fabián le habló al oído.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">—Sólo es una amiga de la adolescencia, jamás te llegaría a los talones. Si dudas de eso, podrías comprobarlo dentro de unos minutos… Tú decides: me voy, o subo al auto contigo. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Ella le acarició suavemente el muslo derecho con un dedo, y él, con un movimiento rápido, tomó su mano y la dirigió a la entrepierna de su pantalón. El trato se había consumado. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><br />
<br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;"><span style="color: #6aa84f;">Continuará… </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 21.3pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-33473706596827356712011-04-10T09:16:00.000-07:002011-04-10T10:37:27.602-07:00De cómo perdí a Shantall 2<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><span style="color: #a2c4c9; font-size: x-large;">Tan cerca para no tenerla</span></span></div></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE4ARxWs32RfEUq15bmzbJ9YSqBuqvJf96G6JGSjAZjdKTbayIHGD1CB0ONfc-rdgRuDDmEyDJD6FitnDo6f0LMl6AhmDud5KBCpOuQ1q2bt4SNCFJH-MYeDYicq_FXWs0Y04TspI9IN0G/s1600/IMG00364-20110116-1821.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" r6="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE4ARxWs32RfEUq15bmzbJ9YSqBuqvJf96G6JGSjAZjdKTbayIHGD1CB0ONfc-rdgRuDDmEyDJD6FitnDo6f0LMl6AhmDud5KBCpOuQ1q2bt4SNCFJH-MYeDYicq_FXWs0Y04TspI9IN0G/s640/IMG00364-20110116-1821.jpg" width="640" /></a></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span> </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Te esperé una hora, luego dos, y cuando supe que no llegarías las manos se me congelaron, y cuando te imaginé debajo de las llantas de un tráiler o tirada en la vereda de alguna calle, el corazón quiso salirse de mis entrañas. Tu ausencia no era normal. Siempre fuiste muy puntual y jamás jugabas bromas pesadas, aunque, dibujándote mejor en mi mente, recuerdo un particular vicio tuyo: te gustaba ser misteriosa cuando habías hecho algo malo, quizás un pecado vergonzoso o atroz. Eso me puso más nervioso. Fue entonces que supe que no íbamos a ir a ninguna parte, tú solo buscabas a alguien en quien depositar tus confesiones y hace unas horas habías decidido por mí.</span></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Salí corriendo del parque, tomé un taxi hacia tu casa. En ese momento se me olvidaron los celulares y los teléfonos públicos, estaba actuando por inercia, movido por mis primeros instintos fatalistas. Más a delante supe que no me había equivocado. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">La casa estaba oscura, nadie parecía ocuparla. Llamé a la puerta, volví a llamar, se prendió la luz de una de las habitaciones, creí ver una sombra, tal vez la tuya… pero luego otra, habían dos personas, estaba casi seguro de eso, la idea de verte acompañada me heló la piel. Cuando estaba a punto de echarme a la retirada se abrió la puerta… volteé lentamente… Eras tú.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Bajo las sombras no pude ver bien si tenías lágrimas en los ojos o si estabas sudando. No quise decir nada, podía estar equivocado.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Pasa–me dijiste con voz entristecida.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Pensaba que te iba a encontrar en el parque.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Por favor, no hables y sígueme.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Fuimos hasta la sala, nos sentamos en silencio. Me miró como si fuera un niño pordiosero o una paloma con la patita rota, parecía que le daba lástima. Quise que ella se expresara primero, yo aún estaba confundido.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Lo siento, pero ocurrió algo–me dijo agachando la cabeza.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Qué…</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Es tan difícil… tienes que entenderme, en verdad es tan difícil. Mira… mejor te lo digo arriba.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Subimos al segundo piso. Entramos en su habitación, la luz encendida y mi corazón bombeando desesperadamente.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Fue aquí en dónde ocurrió–masculló y luego empezó a llorar.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–No sé de qué hablas, por favor, tranquilízate que me preocupas más.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Fue aquí en dónde lo nuestro llegó a su fin antes de haber empezado. Aquí renuncié a ti.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">“Lo nuestro”, ¿por qué decía eso? ¿A caso ella ya lo sabía? ¡Pero cómo!</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Sí, lo sé. No es necesario que sigas ocultándolo, tantos años me mostraron que esto era más que una amistad.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Shantall… yo sólo quiero que…</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–No, no digas nada. Antes quiero que sepas que yo… también te amo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–No lo puedo creer, entonces tú y yo…–Me acerqué un poco más a ella, los labios me temblaban.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–No, lo nuestro es imposible. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">En ese momento salió del baño de la habitación un hombre en short y sandalias. Di un pequeño respingo y me moví de mi sitio, alarmado. Shantall se acercó a él y le tomó de las manos.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Te llamo mañana–le dijo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Decide esta noche–le respondió el hombre y se fue.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Me quedé estupefacto, pues los dos actuaron como si yo no existiera. Después de unos minutos Shantall volvió a hablar.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">–Él es Luis y vino a pedirme que no aborte, quiere tener a su hijo.</span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">***</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">De ahí no recuerdo más. Sólo se viene a mi mente mi llegada a casa, mis padres gritándome, mi madre llorando, yo también por la decepción de un amor perdido. Me sentía mareado, mis ojos se perdían en el espacio, mi conciencia repetía una sola idea: “Ya no la tengo”.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Ahora que escribo estas líneas en la soledad de mis memorias, entiendo que darme fin es seguirle la ilación al destino. Ella me dejó una carta que aún guardo con remordimiento, rencor y nostalgia, es a esa carta a la que me confieso fielmente, obligándome a repetir la historia, le digo cuánto pude amarla en secreto. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;">Esa noche Shantall eligió, y sé que se fue con mi aroma en sus entrañas, tal vez con el aroma del otro también. A la mañana siguiente una franja amarilla rodeaba su casa. Se había suicidado.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><span style="color: #f9cb9c;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f9cb9c;"></span></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-84509790039026513002011-03-26T20:47:00.000-07:002011-03-26T22:51:47.351-07:00De cómo perdí a Shantall<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-PE" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-PE;"><span style="background-color: #cccccc; color: red;">A “La Trotamundos”</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><span style="color: #a2c4c9; font-size: x-large;">Shantall antes del secreto</span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">Ella tiene cinco años más que yo. Pero eso no importa, cuando el corazón se encapricha es irracional, ciego y necio. Nuestra amistad tiene mucho tiempo. Shantall siempre ha estado ahí, como una fantasmita amable, compartiendo conmigo tardes de neblina, noches estrelladas y madrugadas de llantos. Por eso es lo que ahora es: la protagonista de mis sueños.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">Quizá lo que siento es solo otra ilusión adolescente, pero esto va saliéndose de los límites. Ha crecido en mí una severa necesidad de llamarle todos los días y colgar cuando responde, de escribirle versos de amor y quemarlos después en la azotea, de rezar todas las mañanas, pidiendo al universo entero que le muestre una señal celestial de mi verdad, para facilitarme las cosas cuando llegue el momento. Porque el momento llegará, de eso estoy seguro. Me veré en la obligación de confesarme ante sus ojos marrones claros, soportando el dolor que cada una de mis palabras provocará al salir de mi garganta, diciéndole el secreto que guardé celosamente desde que la conocí. Otorgándole la potestad de decidir sobre mi destino. Pues sin ella no vivo. Y hoy estoy dispuesto a demostrarlo. Sí, hoy que escribo esta última carta, a merced de la soledad de mi hogar (mis padres acaban de salir, como esa vez), con un vaso de veneno para ratas diluido en agua, a mi costado, esperando el punto final de esta historia, que les contaré a continuación, para dirigirse directamente a mi estómago.</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">***</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">El nefasto incidente ocurrió hace una semana, el sábado, cuando la ciudad se quedó sin electricidad. La agente abarrotó las calles buscando lugares abiertos, mientras esperaban las seis de la tarde, hora en que debía prenderse todos los postes de luz. Yo me quedé en casa, viendo cómo el cielo se oscurecía y cómo el foco de mi habitación no daba señales de vida. Mis padres habían salido con mis hermanos a la fiesta de una tía, así que por varias horas fui el amo y señor de esos tres pisos que me albergaban silenciosamente, creando la ilusión de ser una torre de encierro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">El aburrimiento me venció y con él el sueño me atrapó en sus benditas redes. El frío de la tarde, invadiéndome lentamente, fue adormeciéndome hasta llevarme a la inconciencia. Hasta que sonó el teléfono con ese ridículo timbre que debió ser cambiado hace mucho tiempo, por uno más sencillo y menos estúpido.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¿Hola?– Respondo entre sueños, esperando que no sean los de Telefónica, porque me pondría a llorar, esos desgraciados son desquiciadamente inoportunos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¡Juan Diego! ¡Qué tal!… ¿no me reconoces?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><span style="color: #f9cb9c;">¡Cómo no reconocerla, si la había oído toda mi infancia! Su hablar nunca dejó de animarme, escucharla en mis peores momentos ha sido la mejor terapia que haya podido encontrar. ¡Mujer, si tan solo supieras todo esto! Y tú… creyendo todavía en la “amistad de años”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¡Shantall!, ¡muñeca!, ¡claro que sé quién eres! Ayer no pude llamarte, ¿me perdonas?, tú sabes cómo es el colegio nuevo en el que estoy, ya te conté su ritmo, a penas tengo unas horas del fin de semana para descansar…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Sí, sí, lo sé. No te preocupes, amigo. Por eso llamaba, ¿estás solo?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Desde luego, ¿a caso creías que mis padres iban a quedarse en un lugar que no tiene electricidad? Mi padre sin su televisor y mi madre sin el facebook, ¡no!, no me los imagino. De ser así mi casa sería un caos. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Y como siempre tú no quisiste acompañarlos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Ya me conoces. Pero, dime, ¿por qué me preguntaste por mi soledad?, ¿quieres visitarme?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Todo lo contrario, amigo. Quiero sacarte a pasear.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Hablas como si fuera tu perro ¿No querrás bañarme también?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">Se ríe con ganas, aunque sin perder la compostura, cuidando siempre las fronteras de los excesos chabacanos. ¡Ah!, esa risa… me ha clavado una estaca en la memoria.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¡No eres mi perro!, ja, ja, ja, cuándo no tú tan gracioso… Entonces, qué dices, ¿me acompañas?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¿Chosica a las cinco de la tarde? Mmm, no me apetece. La gente a estas horas cree estar en un hormiguero y camina de aquí para allá buscando algo sin saber qué. Eso me estresa. Mejor ven, me acaban de comprar un e-book y ahí podemos ver una película si quieres. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Yo no he mencionado a Chosica. Sabes que si quiero divertirme solo hay un lugar ideal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¡Miraflores! ¡Pero ya va a oscurecer!, mis padres no tardarán en venir... ¡No sabes lo que dices!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Lo siento, olvidaba que eras un niño.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">¡Carajo!, esa ha sido una puñalada directamente a mi orgullo varonil. Aquella mujer de veintiún años me ha retado a demostrarle que a mis dieciséis años sí soy capaz de desobedecer a mis padres y escaparme sin dejar aviso alguno. Debo de hacerle ver que soy tan maduro como ella, que si en algo somos iguales es en nuestra valentía. Por Shantall soy un hombre de mundo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–Has soltado a la fiera, muñeca. Dime la hora y el lugar y yo estaré antes que tú.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">–¡Súper! ¡Qué emoción! ¡Dentro de diez minutos en la pileta del parque!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">Es obvio que tendré que pagar todos los gastos. Pero he aquí el problema, solo tengo veinte soles. Y cuando Shantall y yo vamos a Miraflores, veinte soles se nos va en helados. Tengo que buscar más dinero, ¿le pido prestado a alguien?, ¡no!, me demoraría en dar explicaciones y en acordar fechas de pago. Pienso… ¡Ya sé! Mi madre ha dejado su cartera en la sala. Voy corriendo hacia ella, la abro, rebusco vehementemente, hay cien soles. ¡Bien! Esto es suficiente para una noche… Pero… y si después pasa algo más. Subo a la habitación principal, abro el cajón de medias de mi papá, las manos me tiemblan, hay cien más. ¡Bien! ¡Bien! Faltan cinco minutos. Ella lo merece todo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-PE" style="color: #f9cb9c; mso-ansi-language: ES-PE;">Salgo corriendo. El viento de la noche me estampa el recuerdo de su risa en el teléfono, y es entonces que algo me dice que en las próximas horas mi vida puede dar un giro rotundo. Dios mío, ¿a caso el momento está a punto de llegar?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-PE" style="color: #ea9999; mso-ansi-language: ES-PE;">Continuará…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: #f9cb9c;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-52110963261267601262011-03-19T17:34:00.000-07:002011-03-19T20:12:44.771-07:00Cuando uno se acostumbra a ya no respirar oxígeno<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="background-color: #cccccc; color: red;">Al “anónimo”</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Acabo de venir del colegio. Me siento fascinado, algo drogado, sumamente feliz y quizá un tanto preocupado. Hoy, sábado 19 de marzo, a las tres y media de la tarde, acabó mi segunda semana en mi ya no tan nuevo centro de estudios. Tengo tantas ideas en la mente que me abstraen a desenvolver con cuidado cuál será mi verdadero papel en este planetoide, al que he llegado (un poco tarde pues la hora de entrada es a las 7:30 y yo me paso varios minutos, ¡la culpa es de la combi!) repentinamente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Estudié en un lugar “diferente”, eso puede explicar algunas cosas. No es que sea “sofisticado”, como comentaron en el anterior post, ni que me crea el “inteligente”, sino que mi idiosincrasia ha sido formada con otras pautas y reglas un tanto distintos al de los que hace unas cuantas horas me acompañaban bien sentados, escuchando a medias una clase extensa y somnolienta. Eso, por consiguiente, hace que me impresione de algunas libertades que observo en mi entorno, pues yo no las tuve, créanme, no las tuve. Tampoco piensen que me escandalizo con estas cosas, no soy tan santo, pero sí me zumba un buen rato el cerebro al intentar entender esas maneras de comportamiento estudiantil. Si tendría que sincerarme, diría que descubrí que no solo era un sapo de estanque, sino también una polilla de biblioteca.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Lo explico mejor: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">En mi antiguo colegio siempre trabajé en base a normas morales o reglamentos estrictos a seguir; en especial, los paradigmas sobresalían y el altísimo, casi divino, respeto a los profesores pesaba en las almas, y nota conductual, de cada alumno. ¡Qué se podía tutear a un trabajador!, por lo menos no delante de él, y los que lo permitían eran muy escasos. ¡Qué se podía ridiculizar al alumno como castigo! ¡Qué se podía silbar en los salones! ¡Qué se podía vociferar lisuras! ¡Qué chica iba a tener la falda por encima de las rodillas! ¡Qué se podía usar la camisa afuera del pantalón! ¡No! ¡No! Todo era muy controlado y la Dirección tenía que enterarse hasta de las nuevas parejitas que se habían formado en el salón. En cambio, de donde acabo de venir se le da más libertad al estudiante, este tiene más autonomía para comportarse como mejor le parezca (y si falla… mejor no cuento, se pueden traumar… no, bromeo, no es tanto así) y los profesores, por lo menos en la academia de verano, son más desinhibidos, tienen una relación más jovial con su público. Eso me gusta, será porque recién experimento la otra cara de la pedagogía, esa forma de enseñar que parecía rezagarse a los colegios nacionales o “liberales-modernos”. Me gusta también ya que, si bien es cierto es algo nuevo para mí, siempre soñé con tener esto: un lazo menos duro entre alumno y maestro. Hace que la información que ellos nos proporcionan sea más asimilable y que no los veamos como monstruos idolatrados, sino como potenciales amigos. Eso es agradable, pero si se pasa de la famosa “raya”, todo se convierte en un revoltijo de carne con madera, en un verdadero caos y el equilibrio de la confidencia se corrompe, dando paso a las llamadas de atención, a las extremas sanciones o a la mirada despiadadamente seria de los profesores, que ahora tienen más cuidado con lo que dicen y hacen.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Aún no logro acostumbrarme del todo a esta cárcel (creo que cualquier tipo de encierro, a pesar de su propósito, aunque sea por unas horas, me convierte en un preso). Pareciera como si me faltara algo, tal vez es el pasado que recién se desprende paulatinamente. Esto me desconcentra, olvido mis libros, mis tareas o hago preguntas estúpidas como ¿hoy habrá práctica?, cuando bien sé que todos los días hay. Creo que me ha dado una especie de soroche. Me siento adormilado y excitado a la vez. Nacientes sensaciones se enfrentan en mis entrañas como dos luchadores de box; no, no son las hormonas, sino los nervios de cometer errores crasos que me pongan en evidencia tempranamente. No me estoy escondiendo, solo estoy reservando lo mejor de mí para los siguientes meses. Siempre soy así, lo primero que muestro es mi rostro serio e intelectual. Muy pocos logran desentrañar fácilmente mi otro matiz, para eso necesito estar en confianza, y aún me considero un extraño.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Pensándolo mejor, en mi anterior colegio tampoco dejé de ser un extraño. Cuando paseaba por los pasadizos intuía que algo no encajaba, que estaba de pasadita y que en algún momento tenía que partir. Cuando fue así, recién me sentí más parte, más hincha. Es natural, debe serlo, porque de lo contrario iré el lunes al psicólogo.</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">***</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Una muchachita traviesa y muy feliz se me viene a la mente de improviso, ella usa un bastón de mando con el que pone orden a los indisciplinados, y me hace recordar que en este colegio los policías escolares son parte esencial del sistema. Sus integrantes se toman muy enserio su función, lo cumplen bajo códigos de honor y casi, casi, son el verdadero engranaje direccional de la escuela. Eso es nuevo también para mí, pues comúnmente conocí a policías escolares que eran elegidos siguiendo patrones distintos, diría un tanto menos responsables, menos serios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">He descubierto a compañeros muy interesantes. A primera vista las muchachas despeinadas y con la falda por encima de las rodillas me impactaron o los muchachos con el polo fuera del pantalón, todos “relajados”, y hasta un hálito de desaprobación pasó por mis ojos. Pero luego entendí mejor la situación (los conocí más a fondo) y aprendí a no juzgar a la gente por su apariencia. Aprendí a reconocer ese sello especial que tiene mi nueva promoción: su alegría, parte de la libertad que les inculcaron de pequeños, y sus reglas, a la que yo tengo que acostumbrarme y formar parte. Me siento cómodo compartiendo esa libertad, esas fuerzas y ganas que tienen, ese lazo de amistad entre todos, ese compañerismo que tal vez en mi antiguo salón no estuvo interiorizado y se dejó extrañar, esas ganas de soñar con viajes a Brasil o Miami, de estudiar por costumbre y ya no por obligación, de reír fuerte y sin control, disfrutando a mil la etapa escolar, enseñándome a disfrutarla a su manera también, a abrir la mente a mundos distintos, a acostumbrarme no solo a respirar oxígeno, sino también juventud.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">A pesar de todo, este planetoide, con mucha juventud en vez de oxígeno, me empieza a encantar.</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;"><span style="color: #f6b26b; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">***</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #e06666; font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">PS: Mi estimado anónimo, aún sabiendo quién eres, hoy no te negué un lápiz, un borrador, un tajador, ni un saludo, ni una sonrisa. Espero que te haya gustado este nuevo post, y que sepas que si tengo que volver a ayudarte, lo haré mil y un veces. No te preocupes, no le diré a nadie de tu enigmática identidad. Suerte.</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-41716892871214896012011-03-12T15:09:00.000-08:002011-03-19T18:33:22.181-07:00Cuando viajé a otro mundo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Cambria','serif'; font-size: 12pt; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman'; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="background-color: #cccccc; color: red;">A Luna, por su paciencia</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg35oFXnwrzPvuyes44ftcB99ud-IZxHICX7CFaw88zFX5fDlq2EeFFskZO_wrK801IQufnPJqsKQiWsaRcG4ReUuiUNR7cxia7LsG0U9726I5Qk-aVKxFhxM-7B-UYhVk_NRfQdGw6S4sN/s1600/CIMG2731.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="color: #f6b26b;"></span></a><br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Acabo de venir del colegio. Me siento agotado, algo aturdido, sumamente impresionado y quizá un tanto emocionado. Hoy, sábado 12 de marzo, a las dos y media de la tarde acabó mi primera semana en mi nuevo centro de estudios. Tengo tantas imágenes en la mente que me abstraen a discernir con cuidado cuál es mi verdadero papel en este nuevo planetoide al que he llegado repentinamente.</span></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Ya había estado en ese lugar, en la academia de verano. En esos dos meses conocí otro ambiente de estudio, algo más ligero. Descubrí otro tipo de atmósfera, a otra gente con diversas costumbres, cultura y vocabulario (imagínense que estuve estudiando con dos monjas). Me di cuenta que estuve viviendo en una burbuja protectora durante mucho tiempo. Por doce años solo había conocido un colegio particular y solo podía hablar con derecho de experiencia de ese único "templo del saber" (como decía mi maestra de la que me volví muy amigo, "casi patas"). Eso me resultaba irritante pues siempre me ha gustado ver las cosas de muchos vértices y opinar con cierto conocimiento de esos otros puntos diferentes al mío, por eso leo mucho, para descubrir otros vértices, otras aristas y otras áreas. Y cada vez que tocaba el tema de los colegios yo me quedaba empequeñecido, muchos de mis amigos estuvieron en varios y conocían al revés y al derecho lo que ahora estoy conociendo como un pollito recién nacido. Me acuerdo de lo que un día me dijo mi abuelo: “Tú no opines que eres un sapo de estanque”. ¡Maldita sea!, me cayó en una, era cierto… ¿cómo hablar del invierno con una avecilla de verano que migra siempre para encontrar calor? ÉL TENÍA RAZÓN, como muchas veces la tiene, había estado demasiado tiempo en una sola atmósfera. Era hora de migrar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Me preguntan la razón que he tenido para aceptar de buena gana este cambio. Dicen: “Pero si estás en quinto, ¡es el último año!, pero si estabas en el segundo puesto, ¡y tenías diplomas y podías sacarte otro!, pero si ya conocías a los profesores y ellos te apreciaban, ¡estás yendo a otro lugar para ser un don nadie!, pero si actuabas en un taller de teatro en donde aplaudían tus papeles, ¡y en el último año el más sonado para el papel principal eras tú!, ¡POR QUÉ TE FUISTE!” Supongo que trataban de imaginarse la respuesta, porque mi salida de mi anterior “segunda casa” ha sido inesperada, casi ilógica, y para algunos triste o decepcionante. Si me hubiera quedado, este año iba a vivir la mejor temporada de toda mi secundaria.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Por eso escribo esto, para darles una respuesta, para que algunos de mis antiguos profesores dejen de llamarle “loco” o “resentido”, y para que los que especulan que me he ido de viaje o para los que dicen que me expulsaron por alumno contumaz (es que no me gustaban mucho las reglas; les cuento que hace dos años llevé a un policía al colegio para que me dejen entrar, pero ese es otro tema del que ya escribiré después), sepan que aún sigo en Chosica, aunque no por mucho tiempo, que salí con buenas calificaciones y que, a pesar de todo, sí hubieran aceptado mi matrícula para este año. Sin embargo, soy un poco exigente conmigo y la curiosidad me ha llevado a dar mi aquiescencia al cambio, aún estando seguro de que podría doler.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Me he ido por algo sencillo y difícil de comprender, o así quiero creerlo: QUERÍA PROBAR ALGO NUEVO. Esa idea siempre me ha seducido, recién estoy experimentándola y todavía no puedo sacar grandes conclusiones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Obviamente hay otras razones, pero la que me concierne contar es esta. Siempre he sentido ese animalito de la duda por vivir lo desconocido (típico de un adolescente), por sentir lo que sienten los nuevos del aula, y sí que es algo extraño, casi incómodo. La última palabra la tuvieron mis padres pero estoy consciente que influí mucho.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Tengo que confesar que con mis antiguos compañeros tuvimos una relación accidentada. La culpa ha sido mía, soy un poco difícil. Pero también aprendí a hacer grandes amigos que me conocen en mis diferentes facetas y saben, de cierta manera, interpretar mis palabras y hasta reírse de lo que digo cuando otro cualquiera se enojaría sin reparos. Les agradezco ese noble detalle; ellos son pocos, pero son, y han abiertos zanjas en mi lomo y se han posado en mi corazón para estar conmigo a pesar de la distancia. Demostrándome que no soy del todo difícil, que aún tengo esa parte infantil que necesita ser comprendida, a pesar de mis rostros serios y adultezcos. En particular hay una amiga a quien le he dedicado este post, ella ha sido mi fiel confidente en muchos años y ha recogido algunas lagrimillas mías, leyó mi novela con gran entusiasmo y me ha levantado una y mil veces cuando me rehusaba a publicarla.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Mi anterior escuela me enseñó a tener verdaderos amigos, ha colaborado en casi todo para asentar mis bases humanas, valores y principios morales para afrontar lo que ahora me presenta, tan incontrolablemente, mi nueva jaula estudiantil. Ahí descubrí que amaba la actuación, que mi vocación es la literatura y que siempre hay un lugar en donde encontrar el perdón. Por eso, si con mi salida he provocado algún resentimiento o decepción, ruego me disculpen y me entiendan, que la decisión está muy bien fundamentada, y que esos doce años no se podrá borrar de mis entrañas, a pesar de nuestros tantos roces, ni siquiera con el tiempo que pasaré fuera de aquellas estrechas aulas. Casi podría decir que he terminado la secundaria en cuarto de media y que ahora simplemente viajé a otro mundo a buscar nuevos estanques.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">A la promoción “JUNTOS EL MUNDO ES NUES</span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg35oFXnwrzPvuyes44ftcB99ud-IZxHICX7CFaw88zFX5fDlq2EeFFskZO_wrK801IQufnPJqsKQiWsaRcG4ReUuiUNR7cxia7LsG0U9726I5Qk-aVKxFhxM-7B-UYhVk_NRfQdGw6S4sN/s1600/CIMG2731.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><img border="0" height="179" q6="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg35oFXnwrzPvuyes44ftcB99ud-IZxHICX7CFaw88zFX5fDlq2EeFFskZO_wrK801IQufnPJqsKQiWsaRcG4ReUuiUNR7cxia7LsG0U9726I5Qk-aVKxFhxM-7B-UYhVk_NRfQdGw6S4sN/s320/CIMG2731.JPG" width="320" /></span></a><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">TRO”, solo me queda agradecerle por reírse conmigo y de mí, con mis tantas bromas cantinflescas, por los años que pasamos como hermanos, por sus gritos de alegría y por la oportunidad que me dieron al abrirme las puertas de su memoria. Por favor, no hagan renegar a las “Súper Hermanas”, son un tesoro que con paciencia y buen ánimo se puede descubrir, y si lo hacen, se quedarán maravillados. Les aseguro que alcanzarán a saborear un retacito de ese intricado mundo de los maestros, del que se sorprenderán como me sorprendí yo.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Si ustedes olvidan al “extraño”, se los perdono, tienen razones para hacerlo. Pero estén seguros que yo jamás los olvidaré.</span></div><div align="center" style="text-align: center;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">***</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Me encuentro rodeado de altos edificios que acogen a muchas especies complicadas y con diferentes cosmovisiones. El primer día me topé contra la pared; al ingresar al salón creí estar en un colegio nacional, ¡qué ingenuo era! Delante de mí pasó una chica despeinada, con la falda por encima de las rodillas, gritando carajos y mierdas, tratando de espantar a un chico con cuerpo de veinte años, que tenía mi misma edad. ¿Me equivoqué de salón? Entonces escuché el grito del auxiliar a lo lejos, acercándose. Imaginaba lo que estaba a punto de ocurrir, porque todos corrieron a sus sitios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #f6b26b; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Continuará… </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-2498957395752933467.post-35003558517091505462011-03-05T10:39:00.000-08:002011-03-05T19:46:54.981-08:00Razones de un libro<div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"> <div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Cada vez que me preguntan la razón que tuve para escribir un libro, las respuestas que doy nunca son iguales. Es que, tengo que confesarlo, jamás me puse a pensar en eso. No me importaba y ahora tan solo un poco.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEZIjIbtrWRVrj4qc3n-ZhYy2Vq1kLVlLHVde9Uh0FORAfpirSbXO97s8fAsHFSe3RYaGUZINsEshkHdyTMo3_T4zQ2-Ab-LOE7QYbnVOlGKiXMQYDH5SySUtIsev6r-_BX6V8ihYJ2RAh/s1600/escanear0003.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><img border="0" height="232" l6="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEZIjIbtrWRVrj4qc3n-ZhYy2Vq1kLVlLHVde9Uh0FORAfpirSbXO97s8fAsHFSe3RYaGUZINsEshkHdyTMo3_T4zQ2-Ab-LOE7QYbnVOlGKiXMQYDH5SySUtIsev6r-_BX6V8ihYJ2RAh/s320/escanear0003.jpg" width="320" /></span></a><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Ocurre que cuando tenía trece años gané un premio escolar de narrativa (ese fue el inicio de todo, antes jamás había escrito y si lo hice fueron algunas cosas inútiles), me dieron un diploma por mi cuento largo, “El asesino de Lindsey”, además de un libro que jamás lo leí (era de auto ayuda y no me gustan los libros de esa naturaleza) y otro de mi profesor de teatro, que lo he releído bastante por diferentes propósitos espirituales. Era mi primer año en el taller de actuación de mi colegio, en el que he permanecido durante tres años y en el que ya no podré estar más porque llegó el tiempo de “salir del estanque”. Aunque estoy intentando seguir en el taller de una manera casi clandestina, eso es otro asunto. Luego de aquel premio ingresó en mí un cosquilleo extraño, las ganas de escribir otra cosa, algo más atrevido, más grande y, quizás, un tanto rebelde. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Así, un buen día me senté en la computadora y llené durante tres o cuatro meses noventa y nueve páginas de puras letras y personajes ficticios producto de mi incipiente locura de escritor. Una noche de diciembre, me propuse terminar la página cien y mi madre me dio el primer aviso de impaciencia que me acompañaría el resto del tiempo de mi creación: ¿Cuándo terminas eso? </span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Fue que me di cuenta de lo inútil que era escribir esa historia. Había empezado sin saber a dónde ir y escribía prácticamente lo que me ocurría en el día; algo muy adolescente para un libro, pienso ahora. Por eso, sombreé todo el texto y apreté suprimir. La hoja en blanco y un gran peso fuera de mi cuerpo. ¿Cuatro meses al agua?, no, en todo ese trayecto me preparaba para darle cuerpo a la novela que vendría más adelante. Un libro que escaparía de toda sospecha, que estremecería a todo quien lo lea y que sacaría de mis pensamientos su parte más sádica. También acompañado de una sutil crítica ilustrativa que dibujaba con palabras las porquerías humanas de este siglo. Aquello que digo pasó por mi mente a los catorce años. </span><br />
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<span style="background-color: #660000; color: white;"></span><br />
<span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">En febrero me volví a sentar en mi computadora a empezar la nueva versión de “El perfume del otro sello”.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">La segunda razón crece en esa temporada. Se lanzó el concurso de novela del periódico EL COMERCIO y yo, muy ilusionado, quise participar a raíz de lo que me dijo mi madre: “para qué tanto escribes si nadie te va a leer, mándalo al concurso”. Sí, fue ahí que mi inocencia se perdió y Zulmicha hizo que germinara en mí la ambición de la publicación, esta mujer ha sido la culpable de esto y pagará, literalmente se los aseguro, sus consejos; le agradezco por las buenas intenciones. Entonces, concientizado en que debía escribir en corto plazo y de manera dedicada para tener aunque sea la somera esperanza de ganar, me discipliné y puse manos a la obra. Obviamente el tiempo me ganó, pero yo seguí escribiendo, corrigiendo poco, a comparación de lo mucho que corrijo ahora, e imaginando cada hecho de mi novela como si estuviera viendo una película. En trance total, acariciando el sueño de ver mis hojas entre tapas plastificadas.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Apareció otro concurso organizado por la PUCP, me aventé ahí también. No gané, y ahora que leo ese primer manuscrito que mandé me doy cuenta de las razones de mi descalificación: un fiasco que espero no se repita y que me ayudó para pisar tierra, comprendí que la calidad duele si uno quiere ser grande.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Así pasó hasta que terminé de escribir el libro a finales de mis catorce años. Y comenzó la odisea de la corrección, que duraría más de lo que me demoré en escribir. ¡Que dura hasta ahora!, a mis dieciséis, y que si no finiquita terminaré suicidándome.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="background-color: #660000; color: white; font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">Otra razón es mi sentimiento adrenalínico de ir contra la corriente. Quizá cuando lean mi libro se darán cuenta de lo que digo. Para resumirlo contaré una anécdota. Tenía una profesora de lengua y literatura, a la que admiro mucho, y a quien pedí me corrigiera el segundo manuscrito. Ella muy amable no me cobró nada e hizo un espectacular trabajo. Cuando le pregunté su opinión no sabía cómo decirme lo que me dijo, fijó sus ojos a los míos y vio en mi interior a un adulto-niño. Creo que estaba en shock, luego habló: Sabes, has escrito algo muy profundo, le pregunté si creía que mi libro era psicológico, no, va más allá de lo psicológico, es psiquiátrico. Hay que analizar al detalle cada aspecto de la personalidad de Yudielo (el protagonista) para comprender lo que quieres expresar. Me he sentido muy comprometida en algunas partes del libro, pues como muere la madre de Yudielo murió mi hermano. No es un libro para adolescentes, esto es un texto que requiere cierta preparación para enfrentarlo de la manera correcta: analizándolo al detalle, acompañando al protagonista en su carrera de genocida y de poeta a la vez, descubriendo sus pensamientos; sino se cae en un malentendido. </span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="color: white;"><span style="background-color: #660000;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">No sé si les gustará mi ópera prima,</span><span style="line-height: 115%; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> pero sí tengo la esperanza de poder arrancarles un poquito de escalofríos o hasta interés. Que lo lea el valiente, el sano o el enfermo, que lo </span></span></span></span></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEZIjIbtrWRVrj4qc3n-ZhYy2Vq1kLVlLHVde9Uh0FORAfpirSbXO97s8fAsHFSe3RYaGUZINsEshkHdyTMo3_T4zQ2-Ab-LOE7QYbnVOlGKiXMQYDH5SySUtIsev6r-_BX6V8ihYJ2RAh/s1600/escanear0003.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"></span></a><span style="color: white;"><span style="background-color: #660000;">lea <span style="font-family: Georgia;">cualquiera y el que pueda. Pero siempre consciente de que la razón del nacimiento de este libro es la podredumbre y vicios de la raza humana, convertida en arte y vista desde la perspectiva de un adolescente, aunque tal vez no para los mismos.</span></span></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEZIjIbtrWRVrj4qc3n-ZhYy2Vq1kLVlLHVde9Uh0FORAfpirSbXO97s8fAsHFSe3RYaGUZINsEshkHdyTMo3_T4zQ2-Ab-LOE7QYbnVOlGKiXMQYDH5SySUtIsev6r-_BX6V8ihYJ2RAh/s1600/escanear0003.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"></span></a></div></div></div></div></div>Juan Diego Delgado Chávezhttp://www.blogger.com/profile/10895494717295006755noreply@blogger.com1